Los Cartujos y el Gran Silencio

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Silencio

Publicado por  en septiembre 5, 2013 en MEMORIA |

El Gran Silencio (Die Grosse Stille, 2005) es una cinta dirigida por Phillip Gröning, documentalista alemán, cuya temática se centra en la vida de los monjes Cartujos del monasterio “La Grande Chartreuse”, en Grenoble, Francia. Según se informa en el documental, Gröning solicitó a mediados de los ochenta del siglo pasado que le permitieran filmar la vida de los monjes a lo que contestaron desde el monasterio que todavía no era tiempo, que había que esperar todavía de 10 a 13 años. 16 años después, recibió una llamada desde La Grande Chartreuse donde lo invitaban a realizar el documental. Como el amable lector sabrá, los monjes cartujos se dedican a la contemplación y oración en beneficio de su propia creencia y de la humanidad, siguiendo los pasos de San Bruno, monje alemán nacido en Colonia que funda la orden en Grenoble, Francia, en un bosque denominado “Cartuja” allá por 1084 por el cual reciben el nombre que llevan hasta hoy.

Al indagar sobre la orden, encontré que tienen una página en la red donde se detallan aspectos de la vida en comunidad, su historia y características principales. Quien quiera entrar a la orden ha de cumplir un estricto procedimiento y debe consumar un llamado específico, una vocación que lo lleve a tener “un profundo deseo de consagrar su vida a la oración y a la búsqueda de Dios en el amor «Tengo sed del dios fuerte y vivo, ¿cuándo iré a ver el rostro de dios?» (Sal 42.2) Este ideal contemplativo debe ir acompañado por el atractivo de la soledad, ya que es el marco en el que se desarrolla la mayor parte de la vida del monje. No obstante, como los cartujos no son ermitaños en sentido propio, no se debe infravalorar la parte de vida común. Entre otras cualidades indispensables el equilibrio y el recto juicio ocupan el primer puesto. Todavía se pueden enumerar: madurez afectiva capaz de prepararse a un compromiso de por vida, espíritu de fe y apertura que esté dispuesto a dejarse guiar por la obediencia, y salud suficiente”. La vida de estos monjes, según queda representado en el documental es sumamente austera y pausada; de hecho, el documental tiende a ser sumamente cansino por la misma circunstancia. Su labor cotidiana se centra en la oración constante, ciertos trabajos manuales encaminados a solventar las necesidades más cotidianas y la elaboración de ciertos productos que venden para resolver los gastos de mantenimiento y manutención que requiere la orden a lo largo de las 19 casas de monjes y 5 de monjas que hay en Europa, Asia y América. De igual manera, se disfrutan especialmente los momentos en que vemos en el documental que se reúnen por la madrugada para entonar la salmodia de los maitines, que según el portal de la cartuja “se componen de dos partes llamados nocturnos, con seis salmos cada uno. Los días de fiesta se añade un tercer nocturno de tres cánticos. La salmodia es grave, casi lenta. Al final de cada nocturno hay lecturas de la Sagrada Escritura o de los Santos Padres, y a cada lectura sigue el canto de un responsorio. Los domingos y algunos otros días importantes las lecturas y los correspondientes responsorios son doce; los días feriales por el contrario sólo tienen dos o cuatro lecturas. El canto del Te Deum y la lectura del Evangelio del día ponen fin a los Maitines de 12 lecturas; los días restantes terminan con unas hermosas preces por las necesidades de la Iglesia y del mundo”.

alpes_grande_chartreuse

 

El Monasterio / sobrefrancia.com

Bien, vale la pena detenerse a reflexionar un poco sobre dos aspectos que vinieron a mi mente al término del documental. Primero que nada, el filme cumple con el objetivo de hacernos ver, escuchar y sentir la vida dentro de ese legendario monasterio; su discurso pausado y excelente fotografía son elementos fundamentales para lograrlo. Por tanto, lo considero ampliamente recomendable. Por otro lado, me hizo recordar la crisis en que vivían los hermanos maristas hace años en que en sus seminarios recibían muy pocos novicios, producto quizá de la crisis misma que vive la iglesia católica en su conjunto debido a los escándalos que evidencian una podredumbre interna y de los embates de nuevas religiones más permisivas o cómodas, según se le vea. Y pese a que no son muchos los monjes y monjas cartujos al día de hoy –unos 450 según el mismo portal– es interesante que alguien decida asumir semejante estilo de vida; una que vemos como anacrónica y fuera de sentido cuando lo que se busca el día de hoy es la acumulación de bienes, reconocimiento público y todos los placeres que brinda el mundo moderno… Imagino a mis jóvenes alumnos sin celular e internet, dedicados enteramente a la contemplación… se antoja imposible, aunque en ocasiones en verdad suena sugerente la mera idea de abandonar todo y dedicarse a oficios tan aparentemente sacros y píos. En efecto, mientras observamos el video, experimentamos una paz envidiable, como aquella que no alcanzamos en nuestra vida cotidiana. No obstante, pudiera considerarse que estos monjes son egoístas, sobre todo si se piensa que sería mejor la acción que la oración, después de todo, hay mucho que hacer para mejorar este mundo de porquería en el que vivimos. Y sin embargo, cuando vemos el polvorín de país en el que habitamos, dan ganas de correr al monasterio…


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